lunes, 14 de enero de 2013

¿Valorando el dolor?



Uno de los ingresos que se ha dado  hoy en la urgencia, ha sido el de Manuela. 
Manuela, es una mujer de 62 años, que acude por motivo de dolor dorsal o lumbar, en la que realizo la extracción de analítica correspondiente por orden médica.
En el transcurso de ésta, me cita la paciente referir un dolor intenso en el brazo irradiado hacia la parte escapular, no paraba de modificar constantemente la postura, citaba una intensidad prolongada, además de escasez salivar, por lo que me planteé algún posible SCA.
Me surgió el pánico de que pudiese estar padeciendo alguna alteración cardiaca, y por ello lo remití al instante.
Estaba sola, ¿qué otra cosa podía hacer? No sabía si estaba haciendo bien o mal, ni de qué forma diferente racionar, de ahí optar por avisar e inmediatamente realizar un EKG, que ya me había planteado.
Y con ello, se descartó cualquier posible alteración además de presentar en éste, ritmo sinusal.

La paciente se encontraba bastante agitada y nerviosa, habiéndoselo consultado de forma continua a la médico y por ello, administrado la analgesia pautada por ésta, sin desaparecer el dolor intenso que padecía, valorado según la escala EVA de 8., y evaluado cada 2h aproximadamente con una correspondiente monitorización de constantes vitales.

Una de las situaciones más complejas en las que me he encontrado, y que en cierta forma no sé o me cuesta  acatar de alguna manera, es la apreciación del dolor.
¿Cómo saber si es cierto o no? ¿Si le duele más o menos?
Por lo estudiado y aprendido, todo dolor es certero, ya que éste es una apreciación subjetiva ligada a la persona.
El dolor está definido como una experiencia sensorial y emocional desagradable, que se asocia a una lesión mística real o potencial, considerando por ello que todo dolor es real, ya que es una experiencia única para cada persona.
Aún con ello, he de admitir que reside en mí esa incertidumbre que no logro descartar, y más aún, sin ver signos faciales y corporales de ese posible dolor que refiere la paciente.
Ya que además, la etiología de éste puede ser distinta, diferenciándose, dolor nociceptivo, neuropático y psicógeno.
Puesto que es algo en lo que quiero indagar, para que no resida en mí esa posible angustia e incertidumbre que me pudiera causar al encontrarme ante un caso así, he buscado información de la cual he sacado cosas en claro y útiles para mi formación:

v     Diana Marcela Achury-Saldaña. Dolor: La verdadera realidad. Aquichan. 2008;8(2):146-58.

v     Tiberio Alvarez Echeverri. Semiología del dolor. Iatreia. 2002;15(3):200-6.

v     Casanovas Segarra, MatildeSoto Soto, RamiraRamón Castany, JoanaMartínez Redondo, César;Serrano Atenza, IsabelSancho Lapardina, Rosa. La valoración del dolor por los profesionales de enfermería. Impacto en el tratamiento y bienestar del paciente. Enferm Clin. 2000;10:235-44.

 

v     M. S. Serr a n o - A t e ro, J. Caballero, A. Cañas, P. L. García-Saura, C. Ser r a n o - Á l v a rez y J. Prieto. Dolor.  R e v. Soc. Esp. 2002; 9: 109-121.

Y para poder valorar o descartar una posible afectación cardiaca, y estar seguro de ello, he buscado cierta información para apoyarme, encontrando las siguientes citas:

v     Fernández Gutiérrez R, Alconero Camarero AR, Pérez Mena S, Sola Villafranca JM. Registros de enfermería en la valoración del dolor en el infarto agudo de miocardio. Enfermería en cardiología: revista científica e informativa de la Asociación Española de Enfermería en Cardiología. 1999(17):20-4.

v     Ariza C. Atención de enfermería al paciente con infarto agudo del miocardio en la fase aguda. Enfermería en cardiología: revista científica e informativa de la Asociación Española de Enfermería en Cardiología. 2001(24):33

Aunque nunca es suficiente con aquello que se lee, y se estudia, aún así me doy cuenta que hay mucho de lo que instruirse.
Nunca se sabe de más y cada día hay algo por aprender.

1 comentario:

  1. Muy bienElena. Bien resuelta la situación conflictiva a que te enfrentaste, y buena reflexión acerca del dolor.

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