jueves, 10 de enero de 2013

Nuevo comienzo


Estos tres primeros días podría definirlos con un término en conjunto, acoplamiento al nuevo empiece.
Como en todas las prácticas, al comienzo, hay unos días de adaptación, en los que se observa la organización de los profesionales, la ejecución del trabajo de estos por individual y en equipo, los cuidados que realiza el enfermero, y un sin fin de actividades que no terminaría de citar.

La urgencia era aquella práctica más esperada pero a la par la más temida.

Obtengo diferentes sensaciones y sentimientos, algunos contrarios y otros solapados entre ellos, que me han ido surgiendo en la vivencia breve aunque intensa, en estos días.

Llegaba de unas prácticas que nada tenían que ver con las que ahora comenzaba y contando con un periodo bastante largo de no haber realizado practicas hospitalarias.

Si me hubiesen llegado a preguntar, ¿qué tal fue el primer día? No hubiese sabido contestar.
Después de estar ubicada más o menos en el “control” o “unidad” en el que iba a estar, todo empezó a ajetrearse de forma rápida y sin parar.
Este control abarca el nivel II, los sillones. Este se encarga de aquellos pacientes agudos, que se valen por sí mismos.
Me encontraba realizando muchas técnicas, administrado medicación, pautándola, yendo de un lado a otro por acumulo de trabajo, pero en cambio, sin realizar un AUTÉNTICO CUIDADO, es decir,  no recurrí ni un momento esa parte del paciente como persona, sino de forma exclusiva fueron abarcados como patología, con signos y síntomas a tratar.
¿Porqué me ocurrió esto? Por ser el primer día, el no estar aún centrada, el ver pacientes y acumulo continuo de trabajo, no lo sé, pero lo que sí me doy cuenta al pensar y hacer memoria de este día, que no caí en ningún momento en ello, en hablar, escuchar y saber aquello que les pudiera atormentar en ese momento.

He estado realizando técnicas, mejorando éstas por la práctica continua. 
Algunos momentos me he sentido aislada, es decir, una mera alumna, que está para escuchar y callar y en cambio en otros momentos, el contraste de encontrarme como ser individual, es decir, tomando mis decisiones, valorando situaciones y ejerciendo de forma autónoma.
Con esto último sentí cierto miedo, en el sentido de tener más responsabilidad de la que debiera, tratándome alguna gente como enfermera, que en realidad, en poco tiempo lo seré pero que aun sienta extraño el hacerse a la idea.

Según escribo me doy cuenta que solo puedo relatar actividades, sin poder dar experiencias vividas con algún paciente, ni refiriendo a ninguno por alguna causa.
¿Esto es la urgencia o solo la parte en la que me ubico? ¿Cuidados rápidos con aplicación de tratamientos? No sabría decir a día de hoy, si en ella, pudiera darse algo más, distinto, esa enfermera holística que vislumbra las 4 esferas del paciente que se da en la teoría y práctica.
En próximos días prestaré más atención e indagaré en ello, ya que con esto, creo de forma personal que ha sido mi apreciación y aún la desubicación o descontrol que pudiera tener, al fin y al cabo, son los primeros días.

1 comentario:

  1. Realmente buena la forma en que redactas lo que piensas Elena. Muy, pero que muy agradable de leer tus primeras sensaciones en el servicio de Urgencias. Espero que las experiencias vayan surgiendo por si solas, cosa que no me cabe la menor duda.
    Animo, aprovecha esta virtud que posees de la escritura

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