martes, 5 de febrero de 2013

¿Existe verdaderamente un equipo multidisciplinario de salud?


¿Existe verdaderamente un equipo multidisciplinario de salud?

Al definir un grupo multidisciplinario en salud en concreto del hospital y aún más en concreto en la urgencia, se habla de un conjunto formado por los médicos, las enfermeras, las auxiliares, los celadores y los administrativos.
Con un grupo tan grande, el reto de lograr que se integre y trabaje como equipo entiendo que resulta difícil. Porque una cosa muy distinta es decir “tenemos un equipo”, y otra trabajar como tal y mantener esa actitud.
Mi opinión y según mi experiencia es que son muy pocos los grupos que logran formar un equipo multidisciplinario para el manejo de sus enfermos.
La meta de un grupo multidisciplinario en salud debe  lograr que todos sus miembros colaboren para obtener el mismo fin, que se esfuercen en una misma dirección, y que al hacerlo, se sientan responsables del resultado y no de la porción que a cada uno le corresponde trabajar. Sin excusas como: “¡Durante mis horas de trabajo no sucedió el error!” o “Solo soy responsable de mi parte del proceso”. Si en un equipo se obtiene éxito, este obedece a todos sus miembros, y si se fracasa, también debe ser responsabilidad de todos. Cada uno debe vivir comprometido con el grupo.

Es preciso evaluar los resultados, también sobre los productos finales, que en realidad será lo que tenga valor para el paciente. Por ejemplo, si a un enfermo se le practica un reemplazo de cadera, lo importante para él es recobrar su movilidad y su capacidad de desplazarse, para reintegrarse a su trabajo o recuperar su independencia de vida. Es ese resultado final el que debe valorarse, y no partes aisladas. No se debe argumentar: “¡Hice bien la cirugía, pero no se cuidó al paciente en recuperación, ni se hubo una adecuada rehabilitación!”. En un equipo cada miembro debe cumplir con lo que le correspondió hacer.
¿Qué etapas debería seguirse para formar un equipo, mantenerlo unido y lograr que trabaje en esa forma?
A mi parecer: formar el grupo, resolver los conflictos, establecer las normas, hacer que las normas se cumplan y revisar las normas periódicamente.
Los miembros del grupo deben tener confianza entre ellos, tanto en lo profesional como en lo personal; si esto no se consigue, el grupo nunca actuará como equipo. Por eso, debe existir una comunicación frecuente y abierta, que emplee todos los medios.
Las normas tienen que estar escritas y ser revisadas a menudo, y deben ser lo primero que aprendan.

Hay que ser consecuente con que la formación de un grupo, va a tener como objetivo un posterior cuidado y seguimiento de excelencia, debido a la coordinación e interactuación entre ellos, que en muchas ocasiones se hace si cabe de difícil manejo.

Pero si esto no se cumple, ¿qué calidad de cuidados esperamos dar a los pacientes? ¿Cómo lograr una coordinación entre nosotros para ese seguimiento?




“Para trabajar con éxito, téngase caridad en el corazón y paciencia en la ejecución”. Don Bosco

1 comentario:

  1. Interesante reflexión, pero me pregunto que es lo que te ha llevado a reflexionar sobre ello. Has vivido alguna situación en particular que te haya llevado a ello?? Muchas veces, se rompen los eslavones que formamos cada uno de esa cadena que lleva a la curación del enfermo, y siempre lo vemos como un fallo individual, no general. Efectivamente somos equipos, y asi debemos funcionar.
    Bien Elena, pero recuerda hablar de ti, de tu experiencia en primera persona, de tus alegrias, de tus frustraciones, de tus aportaciones, de tus autoanálisis

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