¿Existe verdaderamente un
equipo multidisciplinario de salud?
Al definir un grupo multidisciplinario en
salud en concreto del hospital y aún más en concreto en la urgencia, se habla
de un conjunto formado por los médicos, las enfermeras, las auxiliares, los celadores y los
administrativos.
Con un grupo tan
grande, el reto de lograr que se integre y trabaje como
equipo entiendo que resulta difícil. Porque una cosa muy distinta es decir
“tenemos un equipo”, y otra trabajar como tal y mantener esa actitud.
Mi opinión y según mi experiencia es que son
muy pocos los grupos que logran formar un equipo multidisciplinario para el
manejo de sus enfermos.
La meta de un
grupo multidisciplinario en salud debe lograr que todos sus miembros colaboren para
obtener el mismo fin, que se esfuercen en una misma dirección, y que al
hacerlo, se sientan responsables del resultado y no de la porción que a cada
uno le corresponde trabajar. Sin excusas como:
“¡Durante mis horas de trabajo no sucedió el error!” o “Solo soy responsable de
mi parte del proceso”. Si en un equipo se obtiene éxito, este obedece a todos
sus miembros, y si se fracasa, también debe ser responsabilidad de todos. Cada
uno debe vivir comprometido con el grupo.
Es preciso
evaluar los resultados, también sobre los productos finales, que en realidad
será lo que tenga valor para el paciente. Por ejemplo, si a un enfermo se le
practica un reemplazo de cadera, lo importante para él es recobrar su movilidad
y su capacidad de desplazarse, para reintegrarse a su trabajo o recuperar su
independencia de vida. Es ese resultado final el que debe valorarse, y no
partes aisladas. No se debe argumentar: “¡Hice bien la cirugía, pero no se
cuidó al paciente en recuperación, ni se hubo una adecuada rehabilitación!”. En
un equipo cada miembro debe cumplir con lo que le correspondió hacer.
¿Qué etapas debería seguirse para formar un
equipo, mantenerlo unido y lograr que trabaje en esa forma?
A mi parecer: formar el grupo, resolver los
conflictos, establecer las normas, hacer que las normas se cumplan y revisar
las normas periódicamente.
Los miembros del
grupo deben tener confianza entre ellos, tanto en lo profesional como en lo
personal; si esto no se consigue, el grupo nunca actuará como equipo. Por eso,
debe existir una comunicación frecuente y abierta, que emplee todos los medios.
Las normas tienen
que estar escritas y ser revisadas a menudo, y deben ser lo primero que
aprendan.
Hay que ser
consecuente con que la formación de un grupo, va a tener como objetivo un
posterior cuidado y seguimiento de excelencia, debido a la coordinación e
interactuación entre ellos, que en muchas ocasiones se hace si cabe de difícil
manejo.
Pero si esto no se cumple, ¿qué calidad de cuidados esperamos dar a los
pacientes? ¿Cómo lograr una coordinación entre nosotros para ese seguimiento?
“Para
trabajar con éxito, téngase caridad en el corazón y paciencia en la ejecución”.
Don Bosco
Interesante reflexión, pero me pregunto que es lo que te ha llevado a reflexionar sobre ello. Has vivido alguna situación en particular que te haya llevado a ello?? Muchas veces, se rompen los eslavones que formamos cada uno de esa cadena que lleva a la curación del enfermo, y siempre lo vemos como un fallo individual, no general. Efectivamente somos equipos, y asi debemos funcionar.
ResponderEliminarBien Elena, pero recuerda hablar de ti, de tu experiencia en primera persona, de tus alegrias, de tus frustraciones, de tus aportaciones, de tus autoanálisis